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MONOS AULLADORES - Colombia


A los monos aulladores no los cazan con trampas; ellos no caen de los árboles que les sirven de refugio. Para capturarlos, los furtivos matan a sus madres, pues las crías pasan los tres primeros meses de su vida pegados a su pecho y otros tres más agarrados a su espalda, explica Jonathan Álvarez, uno de los biólogos del Zoológico Santa Fe de Medellín (Colombia) al diario El Colombiano.
La institución acaba de devolver al medio natural a nueve ejemplares de mono aullador (Alouatta seniculus) en la zona boscosa de la hacienda Miraderos del municipio de Armenia Mantequilla (departamento de Antioquía), a 50 kilómetros de Medellín (al noroeste de Colombia).
El Zoológico Santa Fe de Medellín desarrolla desde 2003 un programa de rehabilitación de primates que ha permitido ya la exitosa liberación de más de 150 individuos desde entonces. Todos ellos llegan al centro derivados por las autoridades ambientales pertinentes, fruto de decomisos, o son entregados de forma voluntaria por quienes los habían comprado (por menos de 20 dólares) a los traficantes para adoptarlos como mascotas.
«Cuando llegan están enfermos; algunos vienen con traumas y heridas en la piel; otros, con desnutrición, deshidratación o con la barriga inflada por comer lo que no deben (incluso frijoles y leche)», explica Álvarez.
«Se les enseña a trepar, a identificar a otros animales que les pueden resultar peligrosos y a vivir con su comunidad hasta que se logra que no bajen de los árboles y retomen su dieta natural para poder ser liberados», comenta a Afp Sandra Correa, directora del Zoológico de Santa Fe de Medellín. La agencia de noticias ha compartido en Youtube el emotivo vídeo de la vuelta a su hábitat de estos 9 monos aulladores

vIDEO LIBERACION MONOS AULLADORES

MONICA NARANJO .....Asi es

MÓNICA NARANJO, catalogada por la crítica musical como una de las mejores voces a nivel mundial, es una cantante, compositora y productora española, que con 18 años de trayectoria artística ha logrado vender más de 9 millones de copias con sus 8 producciones discográficas, habiendo ganado en tres ocasiones el premio World Music Award. Esta multifacética artista, quien ha realizado inolvidables duetos con grandes figuras como Luciano Pavarotti, Riccardo Cocciante, Tom Jones y Rocío Jurado, tiene en su haber grandes éxitos como “El Amor Coloca”, “Desátame”, “Sobreviviré” y "Óyeme", entre muchos otros.

 Ya no solo los gays corean a la pantera. Ayer se constató en el madrileño , durante el primero de los dos conciertos de la diva con uno de los torrentes de voz más potentes del mundo. El registro vocal de Mónica Naranjo, amplio e inabarcable, atrae a cualquiera. Ella lo sabe: “Antes para ir a un concierto mío tenías que entender; ya no. Esa normalización es un paso importante”

 Desde muy pequeña su gusto por la música fue alimentado por su madre Patricia, incluso a escondidas de su padre, Francisco.
Mamá Patricia se volvía loca con Mina, Aretha Franklin, Barbra Streisand, etc.; Mónica bebió de esas influencias y logró que su madre le comprara una grabadora multipistas y que le apuntara a clases de solfeo y piano. Se pasaba las horas encerrada en su habitación cantando y cantando, cultivando un estilo propio que le reportaría grandísimos éxitos en medio mundo; sus hermanos se volvían locos cuando Mónica les despertaba los fines de semana a las nueve de la mañana con su potente voz.
Mónica fue creciendo y cultivando un rico mundo interior, y cuando cumplió los 16 años se puso a trabajar en una tienda de ropa para colaborar un poco en casa. Seguía cantando y grabándose en maquetas de baja calidad, que envió a las grandes compañías discográficas, pero nadie le hizo ni puñetero caso (hoy algunos seguirán tirándose de los pelos…).
Un día, Mónica estaba "de marcha" y le dio por ponerse a cantar en el karaoke de una discoteca de Roses. Dio la casualidad de que por allí estaba un conocido productor y presentador de TVE, José Luis Moreno, quien se le acercó y le dijo que le presentaría a un productor musical que pudiera pulir ese diamante en bruto.
Mónica no se lo podía creer: mandó sus maquetas a Cristóbal Sansano (quien por esas fechas había cosechado éxitos con Locomía y Muro) y este le ofreció trabajar con él. Durante muchos meses, la correspondencia y las llamadas telefónicas entre Figueras y Playa San Juan en Alicante fueron intensísimas, hasta que Mónica tomó una gran decisión: salir del ambiente viciado de su casa y marcharse a vivir a Alicante con Cristóbal, del que se enamoró y con el que se casó casi inmediatamente, en 1993.

 Leer más: http://monicanaranjo.webnode.es/biografia
UNA DE LAS CRITICAS  DE TARANTULA.. Disco de MOnica Naranjo

”Este trabajo es el reflejo de una lucha hacia la libertad de expresión y de interpretación. Es la evolución lógica que debí haber seguido si me lo hubieran permitido, aunque nunca es tarde”.
En espera de cortar los hilos que la hacían títere del mercado musical, Mónica Naranjo, magnífica compositora y poetisa en la sombra, fue acrecentando su aura de diva bajo los dictados de los productores y su industria de artistas caducos, haciéndose poco a poco la catalana un sitio en la cima del éxito, conteniendo paciente su verdadero y completo potencial como un Caballo de Troya que tras entrar en el feudo del mainstream desataría su verdadero yo, eclipsando a todos aquellos nombres tan aclamados en las discotecas y los recopilatorios veraniegos de usar y tirar. Era hora de dignificar un poco el actual Pop español, aunque a éste ya no lo salve ni el sano y arrollador espíritu creativo de la mejor Amaral ni la inspirada apoteosis de una valquiria como Mónica.
Cuando en 1997 esta chica se plantó frente a las televisiones de España, yo me fijé más en sus voluptuosidades que en lo que pudiera aportar como artista, pues para mí pertenecía al mismo carrusel de glorias efímeras que se volatilizarían al año siguiente, otro talento desaprovechado, de buena voz pero de canciones condenadas al olvido, condenadas a los mismos cubos de basura de muchos de sus propios fans, aquéllos que no saben que hay discos de consumo vitalicio, que no se evaporan al verano siguiente. Pero pasados los años, y en aquel tema llamado Sobreviviré del álbum Minage (2000), fue cuando pude degustar el vozarrón de esta mujer sobre bases algo más duras, rockeras, reforzando más mi idea inicial de que ella era un diamante desaprovechado, a la vez que naciendo en mí el sueño de poder escuchar a esta mujer al frente de una banda de Metal, o de Rock como mínimo, pues sería un sitio muy digno para que ella explotara tales tesituras, que tan desgarradas ya las sentí en ese Sobreviviré con el que ya furtivamente iba derramando una pizca de “la puta realidad” de su fuero interno. Ese sueño lo veía como una utopía, pues pensaba que siempre iban a estar ahí encima los managers y productores de la diva, con la fusta en la mano por si la chica decidía soltarse el pelo un poco más de lo planeado por las altas esferas del entertainment.
En 2001 lanzaría un CD llamado Chicas Malas, que sin ir más lejos fue el fustazo posterior de sus negreros para que la nena no se acostumbrara al desmelene. Tras ese compacto sus fans sufrirían 7 años de inactividad de la princesa de Figueras, que pasó una extensa temporada de descanso sólo llenada por el lanzamiento de una versión en inglés de aquel último álbum y un recopilatorio. Pasado ese tiempo, casi se me había olvidado de que Mónica Naranjo había existido, y retazos de ese sueño que tuve empezaron a vislumbrarse en las tinieblas, las calaveras, las ruinas y las fantasmagorías de vanguardia del videoclip de Europa, el single de adelanto que rompía tantos años de silencio de la artista, que pareció haber estado en fase crisálida todo ese tiempo para retornar reinventada, completamente transformada, en un vídeo cuyo panorama me recordaba más a las escenografías del Marilyn Manson del Antichrist Superstar que a lo que se esperaba ver de aquella “pantera en libertad”. Ahora sí que la pantera había sido liberada, nunca antes…
¡¿qué ven mis ojos?!, o mejor aún… ¡¿qué escuchan mis oídos?!, una especie de oscuro y meditabundo aria que unas veces suena a tango y otras recibe cariñosos destellos de fado, una exótica mixtura que más adelante sería visitada por… ¡¿guitarras eléctricas?!, exacto, y no precisamente de distorsión playskool para pijos rebeldes, sino bien saturadas, y muy bien integradas sobre contundentes bases Techno, pues tampoco podía faltar esto último hablando de quien hablamos, aunque, ¡ojo!, estos sintes no eran precisamente el almíbar que suele burbujear en las producciones de Britney Spears, ni por asomo.
Tal surtido de tendencias sonoras, así narrado no parece ajustarse al orden cósmico que realmente lo teje, en una estructura y metraje (6:17) absolutamente anticomerciales, y orquestada con sumo talento y clase, por no decir de una calidad y sensibilidad magníficas. Si además escuchamos caminar en medio de todo aquello a la grandiosa poesía que de puño y letra firma aquí la diva, y cantada de qué manera, debemos postrarnos automáticamente ante esta diosa, aunque parezca tarde, pues no es culpa de nosotros ni de ella que su verdadero florecer abriera pétalos con semejante demora. Los tiburones con corbata tienen la culpa, tráiganme esos arpones.